Guanajuato, Gto.- El Dr. Carlos Alberto García Munguía, profesor investigador del Departamento de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Guanajuato (UG), lidera el proyecto “Ecotoxicidad de penicilinas de uso veterinario en organismos polinizadores y de los ecosistemas acuáticos y terrestres”, el cual ha recibido el apoyo económico de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) para su desarrollo.
El uso indiscriminado de antibióticos en seres humanos y animales representa un problema que compromete la salud pública, el bienestar animal y el equilibrio ambiental. En México, aún existen vacíos normativos y escasa investigación sobre la ecotoxicidad de estos fármacos, especialmente los utilizados en la Medicina veterinaria, problemática que aborda esta investigación.
La liberación en el ambiente de los residuos de dichos antibióticos veterinarios, principalmente a través de la excreción animal y el uso de estiércol como fertilizante, provoca alteraciones en el microbiota del suelo y el agua, afectando la biodiversidad y favoreciendo la aparición de resistencia antimicrobiana.
Como antecedente, García Munguía explicó que, a nivel internacional, existen estudios que demuestran los efectos adversos de estos residuos sobre organismos acuáticos, como fitoplancton, zooplancton, peces e invertebrados, así como en la descomposición de materia orgánica y el ciclo del nitrógeno en los suelos.
La iniciativa busca generar datos específicos sobre los efectos de las penicilinas veterinarias en abejas, plantas, microalgas y Daphnia magna, con el fin de diseñar estrategias para mitigar su impacto ambiental. Además, se contempla la vinculación directa con ganaderos locales, asociaciones pecuarias y organismos de sanidad animal para transferir el conocimiento generado y aplicarlo en campo.
Adscripto a la División de Ciencias de la Vida de la UG y miembro del Cuerpo Académico “Alimentos y salud”, el Dr. García Munguía trabaja en colaboración con un equipo multidisciplinario, que incluye al Dr. Héctor Manuel Mora Montes, también de la UG, así como personas investigadoras del Tecnológico Nacional de México, la Universidad Autónoma de Aguascalientes y el Instituto Politécnico Nacional.
El proyecto también involucra activamente a estudiantes de los programas en Medicina Veterinaria y Zootecnia y de posgrado, quienes jugarán un papel fundamental en la divulgación científica y la capacitación comunitaria.
De esta manera, el desarrollo de la investigación combina ciencia, formación de estudiantes y trabajo directo con la sociedad para lograr una producción más sostenible. “Queremos generar evidencia científica que nos ayude a entender esos impactos, pero también proponer soluciones; por ejemplo, capacitar a ganaderos sobre el uso responsable de antibióticos y elaborar un manual de buenas prácticas pecuarias”, señaló el investigador.
Asimismo, destacó la relevancia del respaldo otorgado por la Secihti, el cual permite consolidar años de trabajo en la línea de ecotoxicología veterinaria. “Personalmente, me siento agradecido y comprometido con la sociedad, con la UG y con los productores que se verán beneficiados por los resultados”, afirmó.
Entre los retos, compartió, los principales serán de carácter técnico, pues se requiere garantizar la disponibilidad de organismos bioindicadores en distintas temporadas y mantener condiciones experimentales controladas en el laboratorio, al igual que traducir los hallazgos científicos en prácticas aplicables al sector ganadero, esto con el fin de que efectivamente se genere un cambio.
Finalmente, García Munguía subrayó que el impacto del proyecto será tanto científico como social. A nivel académico, se generarán datos inéditos sobre la ecotoxicidad de las penicilinas en ecosistemas mexicanos. En el ámbito social, se realizará un manual de buenas prácticas y talleres comunitarios, además de la formación de estudiantes comprometidos con la sostenibilidad del sector pecuario.
A largo plazo, estos esfuerzos podrían contribuir significativamente para la protección de la biodiversidad, la reducción de la diseminación de resistencia antimicrobiana y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria en el país.